En el marco del XVIII CONADES, se desarrolló este taller impulsado por el colectivo peruano del CEAAL. Participaron miembros de sindicatos, organizaciones campesinas, juveniles, de la iglesia, de instituciones de la sociedad civil, estudiantes universitarios, ciudadanos y ciudadanas de diferentes regiones del país. En un primer momento, identificaron los puntos más críticos del contexto abordados en el CONADES, aquellos que nos desafían como educadores populares: la desigualdad persistente en las distintas dimensiones de la vida social, la ausencia de ética a diferente nivel, la educación desde las comunidades y el territorio, y la formación del pensamiento crítico que desarrolle las potencialidades desde la niñez. La problemática de la educación en el país fue materia de debate en una coyuntura de amplia movilización de docentes en huelga.
A partir de la presentación de experiencias de educación popular se desarrolló un intercambio de ideas sobre qué entendemos por Educación Popular. Experiencias de la región San Martín (Ricardo Lay – El Juane y la seguridad alimentaria), de la región Puno (Asociación de Mujeres Campesinas) y de Lima Norte (círculos de conciencia crítica de familias) permitió reconocer que: la Educación Popular surge desde las bases; se trata del diálogo sobre nuestras propias experiencias, nuestras vivencias, de lo cotidiano para promover el análisis crítico de nuestra realidad, para entender aquellos factores que nos están afectando, que no permiten nuestro desarrollo como personas, familias y como sociedad. Se trata además de un proceso educativo horizontal y democrático, a través del diálogo de saberes, considerando el rol activo de las personas en su proceso de aprendizaje. Se reafirmó que la Educación Popular no sólo es contemplativa sino que está relacionada con la acción, pues está apostando por la transformación de aquellas condiciones que mantienen los problemas que analizamos en la primera parte. Por ello, se remarcó, la Educación Popular es para fortalecer la organización de los barrios, comunidades, las mujeres, los jóvenes, entre otros, para que todas y todos asumamos un rol activo en la construcción de los cambios que buscamos. Se llamó la atención sobre la importancia de mantener un diálogo intergeneracional e intercultural.
Este último punto llevó al tema de la formación política, que es la finalidad central de la Educación Popular se evaluó que la crisis política está relacionada a los liderazgos que se encuentran de espalda a las necesidades de los sectores populares, por ello es común que no promuevan la participación social y no tomen medidas de apoyo a sus necesidades sociales, económicas y culturales. Todo esto nos señala que hace falta que se fortalezcan las organizaciones populares, que permita hacer llegar su voz para denunciar abusos y para generar propuestas para el desarrollo social. Todo esto en un contexto de crisis política y de tensión social con varios sectores en huelga, siendo los sectores populares de las distintas regiones del país, quienes sienten las consecuencias de este régimen neoliberal. Ante esta discusión Eduardo Cáceres intervino para recordarnos que en los momentos más difíciles que hemos vivido como país, se ha encontrado grupos y movimientos que resisten, se levantan y se convierten en la reserva moral que protagoniza los cambios. Y eso es fruto de establecer diálogos y procesos de educación popular, que fomentan, encienden, reavivan y mantienen viva la llama de la dignidad en cada persona y que cada una se reconozca como tal y se sienta llamada a organizarse con otras personas.
Es por todo esto que la jornada terminó con el pedido de ampliar la temática en nuevos espacios y de intercambiar los conocimientos y experiencias de educación popular al interior del país, para recordarnos que la educación popular está viva en cada pequeña lucha y esfuerzo por sacar adelante su organización, comunidad o cualquier otro escenario de intervención, de este modo con muchas ganas de continuar lo trabajado se dio cierre al taller autogestionado.
