Serie: Ciudad y Segregación Nº 1 Lima: ciudad cada vez menos pretenciosa
Año: 2003
La Lima actual con todos sus problemas es el resultado de un largo proceso histórico que explica su crecimiento desordenado, su apariencia caótica, su informalidad y los apuros y peligros entre los que sus habitantes vivimos y sobrevivimos. Lima es de esas ciudades que requieren y demandan todos los sentidos de las personas que transitamos por ella, es pues, una ciudad absorbente, agotadora. Y al igual que el país, es una ciudad pobre.1
Lima ha llegado al siglo XXI siendo todavía la ciudad más importante del Perú concentrando a aproximadamente un tercio de la población nacional. Refleja también la pobreza y riqueza del país en un dramático contraste: más del 50% del PBI nacional se produce en Lima Metropolitana y el porcentaje de pobres se calculó para 1998 en el
23,4% de la población –siendo el 5,4% considerados pobres extremos –en comparación a las cifras relativas a nivel nacional por las que se estima que el 42,3% de la población total del país es pobre, estando el 21,8% en la pobreza extrema (ENAHO 1998).2
El presente documento tiene el objetivo de sintetizar el proceso de urbanización de Lima desde mediados del siglo XX hasta la actualidad con la finalidad de servir como introducción para la mejor comprensión de los estudios específicos. Nuestro interés central está en mostrar cómo Lima, capital del Estado peruano, consolidó su supremacía frente a otros centros urbanos, expresando así el patrón de urbanización predominante en el país: Lima concentró la infraestructura necesaria para la industrialización tales como servicios de todo tipo, comunicaciones y transporte atrayendo la población migrante, la inversión y constituyéndose en el mercado más importante a nivel nacional. Por otro lado, las ciudades de provincia – especialmente de la costa peruana- históricamente han estado limitadas a su rol de centros administrativos para facilitar la explotación de recursos naturales o agropecuarios.